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Correr alarga la vida y fortalece el corazón. No hace falta hacer mil kilómetros ni salir a correr a diario para beneficiarnos de esta placentera y gratificante actividad. Corriendo regularmente, con una frecuencia de unos tres días semanales, notaremos cambios muy positivos en nuestro organismo. El esfuerzo hace que nuestro cerebro libere endorfinas, las llamadas hormonas de la felicidad y uno de los mejores antídotos contra la depresión, el estrés, la fatiga o la ansiedad. 
Con la llegada de la primavera disfrutamos de más horas de sol y temperaturas más elevadas. Un tiempo que invita a ponerse en forma, ya bien sea por motivos de salud o por cuestiones meramente estéticas. Y qué mejor manera de reforzar nuestra autoestima que salir a correr por la ciudad. Una vez que hemos tomado la decisión y tenemos nuestro plan de entrenamiento debemos saber cómo equiparnos en base, claro está, a la época del año y a los objetivos que perseguimos. La gran incógnita a la que trataremos de ponerle respuesta es la siguiente: ¿qué ropa me pongo para correr?
Tanto la libertad de movimientos como la comodidad son factores prioritarios durante la carrera. La ropa deportiva ha de ser lo suficientemente cómoda como para evitar que, con el constante roce, la piel se irrite. Las costuras y etiquetas que sobresalen de las prendas de vestir, además de ser molestas, pueden producir rozaduras. En líneas generales, a la hora de correr, lo ideal sería vestirse en capas; la ropa que utilicemos debe aislar nuestro cuerpo de la temperatura exterior y mantener la interior estable.
Durante la actividad, la temperatura corporal aumenta gradualmente generando calor que eliminamos a través del sudor, por tanto es necesario que la ropa sea transpirable y que facilite que el líquido segregado se evapore. No olvidemos que la mayor carga de trabajo recae en las piernas, así que vamos a evitar cualquier susto en forma de contractura, provocado por un repentino enfriamiento, sobre todo  en invierno.
Podemos cubrir las piernas con una malla ajustada, que acompañe el movimiento y minimice las fricciones. Los calcetines también son importantes, independientemente de la temporada del año. Un par de calcetines mal puestos, que aprieten o escuezan, puede hacer que la carrera sea una tortura o incluso que las mejores zapatillas del mercado te resulten incómodas. Si optas por pantalones de chándal o pantalones largos ceñidos tendrás que asegurarte de que no te presionen la cintura en exceso ni te impidan respirar correctamente.
Si ves que el tiempo es inestable y las nubes amenazan con aguarte el día, lo mejor es que lleves puesto un chubasquero o impermeable para protegerte de la lluvia. Te aconsejamos que pruebes con distintas marcas hasta que des con la que mejor se adapte a tu cuerpo (no se trata de convertir esta actividad en un calvario).
El último consejo es que si vas a realizar carreras largas, siempre que el tiempo acompañe, utilices shorts. Son los típicos pantalones cortos de atletismo, que tienen un tejido exterior vaporoso y llevan un forro interior perforado. Tampoco está de más llevar un par de calcetines extra. Cuando percibas que tus pies se calientan o sudan en abundancia podrás cambiártelos y conseguir esa revitalizante sensación de frescor que necesitas para llegar a la meta.
Todos estos consejos te permitirán elegir la mejor ropa para correr durante tu día a día.
Fuente: Muyenforma.com
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