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Por: Dra. Erika Arias
dra.ariasortiz@gmail.com

¿Conoces la relación entre el aparato digestivo y el cerebro?. La alimentación afecta nuestras emociones y nos mueven a probar ciertos alimentos. Las «maripositas» en el estómago, las ganas de chocolate cuando estamos tristes y el deseo de comer cosas riquísimas luego de una situación problemática, tienen una base científica.

Un poco de ciencia nunca ha matado a nadie.
No quiero aburrirte con tecnicismos, pero es muy interesante cuando entiendes lo que pasa: En nuestro intestino hay una gran cantidad de neuronas (aproximadamente 100 millones) y receptores de neurotransmisores (sustancias que llevan señales a nuestro cerebro) como la serotonina, llamada «el neurotransmisor de la felicidad». No es un cerebro pensante, ni lógico, es uno que regula las emociones y el carácter, de forma independiente al cerebro.

Los 4 Fantásticos.
Los cuatro «fantásticos» neurotransmisores principales son: la dopamina, acetilcolina, serotonina y los GABA. La dopamina y la acetilcolina influyen directamente en el comportamiento, humor, motivación, interés, concentración y memoria. La serotonina y los GABA nos ayudan a relajarnos, a dormir bien, a controlar las emociones y la ansiedad del día a día. Un desequilibrio en estos neurotransmisores, afectan negativamente el estado de ánimo, provocando insomnio, estrés e irritabilidad. También pueden acarrear complicaciones más serias como hiperactividad, depresión, ataque de pánico, epilepsia, Parkinson, Alzheimer entre otros desórdenes y enfermedades.

En cuanto a la alimentación. 
¿Ves esos panes, dulces, jugos sintéticos, galletas, productos con conservantes y químicos, altas en trigo, granos y bajas en grasa y en proteínas que tanto nos gustan? Son alimentos procesados que pueden causar inflamación de nuestro aparato digestivo, si sufres de algún tipo de intolerancia a estos, lo que va provocando el mal funcionamiento de los neurotransmisores y sobretodo, provocar un daño crónico en la flora intestinal indispensable para mantenerlos funcionando.

La malinterpretada grasa. 
Hablamos de la buena grasa, no a la de las papas fritas. La buena grasa es parte de la membrana celular, y es indispensable para proteger las neuronas. El DHA, por ejemplo, encontrado en el aceite de pescado, ayuda al balance de los transmisores y aumenta el flujo de sangre al cerebro. Las almendras y el aguacate, aumentan la producción de dopamina, así también la carne y la grasa de la leche y alimentos ricos en vitamina C como la toronja. Las proteínas animales intervienen en la producción de acetilcolina (viene de la colina, un complejo b que se encuentra en la carne, por eso los vegetarianos pueden sufrir pérdida de memoria, desánimo, etc).

La buena amiga serotonina. 
La conseguimos cuando comemos carbohidratos. Por eso, en momentos de estrés, nos urge comerlos pues nos producen esa sensación de relajación y hasta de sueño. La serotonina también se encuentra en alimentos ricos en magnesio como las nueces y el chocolate y en las aves (pollo, pavo etc.). Los GABA son influenciados también por el consumo de productos animales ya que su producción depende de un aminoácido llamado taurina presente en estos.

¿Quién dijo no a las bacterias?
Mantener una flora bacteriana óptima es indispensable para la felicidad, es por esto que las personas que sufren de gastritis, colitis inflamatoria, indigestión o llevan una alimentación inadecuada, pueden sufrir cualquiera de estos trastornos.

Suplementarse con probióticos de buena calidad nos va a ayudar a mantener un estado de ánimo óptimo y buena salud. También debemos saber que el uso de antiácidos afecta nuestro «cerebro entérico», estos bloquean la secreción de ácido clorhídrico indispensable para la digestión (no como muchos creen, que la acidez es porque producimos mucho ácido gastrointestinal, es en realidad todo lo contrario). El consumo de antibióticos, y en general, alimentos alergénicos, también afectan nuestra flora intestinal negativamente.

¿Quieres sentirte bien?

  1. Ingiere siempre proteínas de tipo animal (carnes, huevos).
  2. Grasas saludables (omega 3 alto en DHA, almendras, aguacate, mantequilla) vegetales verdes altos en acido fólico como brócoli y la espinaca
  3. Carbohidratos de calidad, como arroz, avena, víveres y casabe (aunque puedes consumir de todo!nutrete!)
  4. Consume frutas altas en vitamina C y antioxidantes como fresas, berries, kiwi, toronja, limón y mandarina.
  5. Además supleméntate con probióticos de vez en cuando para empezar a re-poblar tu flora intestinal
  6. Usa magnesio o melatonina para las noches,asi descansas mejor
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