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Si bien las grasas hacen mal para el corazón, al convertirse en verdaderos tapones para las arterias e inflamar el hígado, no todas las grasas son perjudiciales. Existen las “grasas buenas” o de buena calidad, como las omega 3 y 6, que se encuentran en productos lácteos, pescados y frutos secos.
 
Un estudio de la Universidad de Maine (EE.UU.) comprobó que los nutrientes de la leche, incluida su grasa, tienen un impacto positivo en nuestro cerebro.

Los investigadores estudiaron a casi mil hombres y mujeres entre 23 y 98 años, a quienes preguntaron sobre sus hábitos alimenticios, comparando los datos con diferentes puntajes de algunas pruebas de habilidad cognitiva.
 
Los resultados comprobaron que aquellas personas que consumían leche y productos lácteos, como queso y yogurt, obtuvieron puntuaciones más altas en pruebas de memoria y de rendimiento cognitivo que aquellos que no consumían estos alimentos.
 
Más allá del estudio, algunos nutricionistas afirman que una dieta sin grasas de ningún tipo, provoca alteraciones en nuestro sistema nervioso central y también puede generar un déficit de vitaminas liposolubles, ya que necesitan de las grasas para ser asimiladas por el organismo.
 
A su vez, el consumo de omega 6 y aceites vegetales, es beneficioso para nuestro organismo siempre que no lo utilicemos para cocinar o freír, dado que con eso acabamos con sus beneficios, porque lo convertimos en grasa saturada.
 
Fuente: Mehacesbien.cl
 
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